martes, 22 de noviembre de 2011

En una lejana galaxia...



Estamos a principios del segundo milenio de la República, en un breve descanso de la Guerra galáctica contra el Imperio Sith. La verdad no estoy seguro de quien soy, ni de donde vengo ni, por supuesto, que va a ser de mí en esta nueva etapa de mi vida.

Mis primeros recuerdos de infancia son fugaces, inconexos. Una mezcla extraña de tiempos y realidades inexistentes e imposibles. Un pequeño lagarto volador de color bronce... o era mucho más grande? El terror bajando del cielo. Un frío que me llego al alma y me arrebato los recuerdos.

Recuerdo otra vida. Con la luz de mi lado, volando en dragones oscuros por encima de continentes helados. En la búsqueda constante e imparable por ser mejor. Heroicas batallas en compañía de hermanos de sangre. Muerte, desolación, victoria, tedio, aburrimiento, apatía.

¿Runas? En la bruma visualizo un torso cubierto de runas tatuadas. De un baile, un cántico extraño que invoca y retuerce... ¿Onda de Probabilidades?

Pero ahora, ¿donde estoy? ¿Quien soy?

Siento un tirón constante a un nuevo universo, un nuevo comienzo, una nueva esperanza. Siento compañía, El Legado de Menarth... son amigos. Pero la dicotomia de siempre sigue constante: la luz y la sombra, los Patryn y los Sartan, los dragones y las hebras, la Alianza y la Horda. ¿A quién pertenezco?

Cuantas preguntas... y ninguna respuesta. El juego empieza pronto.

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